Visitas

jueves, 23 de agosto de 2012

Capítulo 5


-          Sofía, mira, el día que te conocí pensé que seríamos algo más que amigos y míranos ahora yo te he dicho que te quiero.

-          Bueno, el día que te conocí, solo pensé que seríamos muy buenos amigos. Después de un tiempo, empecé a sentir cosas hacia ti, hasta que el día que nos besamos en Navidad supe que estaba locamente enamorada de ti y ahora solo te digo una cosa: Te quiero más que a nadie en el mundo- ya estaba, al principio había dudado de mí, si decírselo iba o no a ser difícil, pero al final lo conseguí y me sentía bien.

Lo único que conseguimos hacer fue besarnos para sellar nuestro: Te Quiero hasta el final. Salí del agua para secarme al sol, él hizo lo mismo que yo pero en vez de sentarse en otra tumbona, se sentó en la mía, encima de mí y me besó.

-          Levántate y siéntate en otra tumbona, que así no podré tomar el sol para secarme - me hizo caso y se cambió de tumbona.

-          Eres un poquito sosa, nos acabamos de decir Te Quiero y lo único que me sueltas es levántate y siéntate en otra tumbona- me reí, no sabía que decirle- eres rarita y eso es lo que me gusta de ti.

Se me quedó mirando un buen rato. Cuando vi en mi reloj que eran las 7 y media. Me levanté, me dirigí a su tumbona, le levanté y nos fuimos directos a la habitación.

-          Me tendré que poner la misma ropa de antes después de ducharme.

-          No, te pongas lo mismo, ya que te he traído un vestido nuevo para la cena- me dijo sacando de su bolsa un vestido blanco con un solo tirante; el tirante era fino con flores en todo el tirante; el vestido no era muy largo, me llegaba por encima de la rodilla; los tacones seguiría usando los anteriores.

-          Muchas gracias- y acto seguido le agarré por el cuello y le besé. De lo fuerte que le besé, nos caímos en la cama y cuando terminamos de besarnos, nos reímos.

Me levanté, me empecé a desnudar de camino a la ducha. Allí encendí el agua caliente, dejé que me mojara el cuerpo ya que necesitaba relajarme.

-          Sofía, ¿vas a tardar mucho? Es que yo también quiero ir al baño- me gritó desde el otro lado de la puerta. Yo hice caso omiso, así que como no le hacía ningún caso, entró en el baño (ya que me había olvidado de poner el pestillo) y se desnudó; supe que lo hice porque se metió conmigo en el baño- mira ahora ya no tardarás tanto para que me meta.

-          Si ahora tardo es culpa tuya que te metes conmigo- le dije mojándole con el teléfono de la ducha (ese aparato que echa agua y tiene un mango largo).

Estuvimos jugando con el teléfono de la ducha un rato, hasta que como estábamos empapando todo, dejamos de hacerlo, nos terminamos de duchar y nos secamos.

Cuando estuvimos secos, me puse la ropa interior por si intentaba algo. Como estaba distraída viendo lo que estaban echando en el canal en el que dejó la tele minutos antes puesta Rubén, no me di cuenta de que mi móvil empezó a sonar. Era mi madre, así que respiré profundamente y contesté.

-          Hola mamá, que agradable sorpresa.

-          Sofía, solo te llamaba para preguntarte cómo vas a dormir, si no cogiste ningún pijama.

-          Laura me prestará uno- dije mirando a Rubén, que sacó uno de su bolsa (parecía el bolso de Mary Poppins), era un camisón azul que me llegaba por la rodilla; de tirantes finos, con encaje en la zona de los pechos; un encaje, que por la zona de arriba era fino, pero por debajo era una tira gorda que hacía como de sujeción de los pechos.

-          Vale, pero mañana te quiero en casa antes de la 1 y media de la tarde.

Cuando terminé de hablar con mi madre, me puse el vestido, no me quedaba nada mal, además era de mi talla igual que el bañador.

-          Gracias por la ropa Rubén y tu bolsa parece el bolso de Mary Poppins- no se pero se rió por el comentario que le hice de su bolsa de viaje.

Vi que él solo se cambiaba de camisa y esta le quedaba muy bien. Salimos de la habitación rumbo al restaurante, allí volvimos a pedir una mesa fuera, para estar a la luz de la luna y las estrellas.

Pedí un filete empanado con patas fritas y Rubén pidió lo mismo, estaba demasiado a gusto, hasta que pensé en la noche, en que pasaría después de la cena. También pensé en que había dejado desprotegido mi diario, aunque estuviera escondido en el escondite.

-          Es una bonita noche, la luna está en lo alto, está enorme y preciosa- fue lo único que dije mirando al cielo.

-          Si, está preciosa, pero no tanto como tú mi amor- me sonrojé mucho, Rubén era muy amable conmigo en todos los sentidos- por eso hoy estoy aquí contigo y no con nadie más.

Nos trajeron la comida y en vez de cenar tranquilamente cenamos hablando y riéndonos.

-          Y mientras no estuvimos juntos, ¿Qué hiciste?

Tuve que pensármelo un rato, había hecho muchas cosas y no sabía por dónde empezar.

-          Pues fui bastante a la playa, también fui al cine a ver la película de Los Pitufos en la que sale Neil Patrick Harris, ese actor que hace de Barney en Como conocí a Vuestra Madre. ¿Y tú qué hiciste en Barcelona?

-          Pues vi la ciudad, disfruté mucho conociendo una ciudad nueva, también fui a la playa y un día a Port Aventura- me empezó a contar- en el parque me monté a todo con Bárbara y estuve un poco asustado cuando me monté en las atracciones fuertes. Pero me hubiera gustado que tú hubieras estado allí conmigo, así podría haber montado contigo y habérnoslo pasado muy bien juntos.

-          Eso me hubiera gustado, pero como te dije, mis padres no me dejaron ir de viaje contigo, porque no querían gastar más dinero en mis vacaciones, ya que mi madre y yo habíamos ido una semana en julio para visitar todo Nueva York y eso ya era mucho gasto.

-          Ya, pero a ver si para las próximas vacaciones puedes venir conmigo o yo ir contigo- me sonrió y me agarró la mano izquierda.

Terminamos de cenar sobre las 10 y media, yo tenía ganas de dar un paseo por la playa, pero la playa quedaba un poco lejos y era muy tarde; no fuimos por eso. Nos fuimos a la habitación, donde encendimos la televisión, no echaban nada bueno, así que como era de esas televisiones LCD con USB y Rubén había traído uno,  lo puso y vi que películas incluía.

-          Antes de ver nada, será mejor que me cambie- le dije intentando levantarme de la cama, pero él no me dejó, ya que agarró de uno de mis brazos y me tiró a la cama.

Allí, me desabrochó el vestido, ya que me era imposible a mí y empezó a besarme el cuello. Me daba gusto que me besara así que le dejé. El vestido cayó al suelo, al mismo tiempo que Rubén se quitaba su camisa y también la tiraba al suelo; estaba feliz, no sabía a dónde podía conducir esto, pero si sabía una cosa, que me estaba a dejar llevar por Rubén.

Acto seguido, él se quitó el cinturón y se desabrochó el pantalón; los dos en estos momentos estábamos en ropa interior, no sé si para llegar a hacerlo o para quedarnos así un rato.

Capítulo 4


Me fui a dormir con la esperanza de que el día siguiente fuera mejor, fuera diferente. Quería que Rubén me sorprendiera con algo y me hiciera ver por qué sigo enamorada de él.

Me desperté a eso de las 10 de la mañana, con muchas ganas de aprovechar el día; desayuné tranquilamente en la cocina, donde puede echar una ojeada al periódico donde podía leer las noticias de mi ciudad. Recogí la mesa y me fui a mi habitación; encendí el ordenador y el móvil. Mi móvil pitó, era un mensaje de Rubén, decía que tenía una sorpresa y que me iba a recoger sobre las 12 y media. Cuando miré la hora, aún eran las 11, me daba tiempo de sobra a arreglarme.

Me duché dejando correr el agua por mi cuerpo desnudo. Luego, me tapé con la toalla después de haberme secado y me fui a mi habitación a buscar que ponerme para la ocasión. ¿Qué me tendría preparado? ¿Será que se quería disculpar? Estaba tan nerviosa, que no sabía que ponerme. Revisé mi armario, aún hacía calor y eso excluía los pantalones largos. Encontré un vestido blanco de flores grandes rojas y con alguna rama en verde sepia; no me llegaba a las rodillas, quedaba un poco más corto; no llevaba mangas largas, la manga que llevaba era grande y con vuelo; en la cintura llevaba puesto un cinturón rojo delgado; y en los pies llevaba unos tacones de unos 6 centímetros de flores como las del vestido. El pelo lo dejé suelto, miento, lo llevaba sujetado con una diadema blanca con 2 lazos pequeños. Me maquillé un poco, para que no se me notara que había estado llorando con anterioridad. Las uñas de las manos y los pies me las pinté del mismo tono (o uno parecido) al rojo de las flores.

Cuando llegó la hora, le pedí dinero a mi padre, me lo dio un poco molesto. Llamarón al timbre, por la cámara podía ver a Rubén bien vestido y con un ramo de rosas en la mano, le dije que enseguida bajaba, estaba nerviosa y en el ascensor no paraba de saltar de los nervios, salí disparada del ascensor, bajé las escaleras de dos en dos, abrí la puerta lanzándome a los brazos de Rubén. Le di un beso que era cálido y apasionado; las rosas cayeron al suelo, pero no nos importó mucho.

Subimos a la moto, me puse uno de los cascos que llevaba Rubén en el maletero, luego me puse las gafas de sol (para que no me diera el sol en los ojos), le agarré de la cintura y él arrancó.

-          ¿A dónde vamos?- le pregunté intrigada.

-          Ya verás, es una sorpresa- estaba nerviosa y tanto secretismo me estaba matando- y no me preguntes a donde vamos más veces, que como te dije es una sorpresa.

No le pregunté más sobre a donde me llevaba, nos alejamos de la ciudad y eso me preocupó un poco. Nos paramos en el Pazo do Río que se encontraba en Oleiros, que se había convertido también en hotel. Era un hotel muy bonito, de 4 estrellas, ¿Qué hacíamos en un hotel de 4 estrellas?

-          Entonces debo suponer que esta es la sorpresa. ¿Verdad?

-          Si, está es parte de la sorpresa, solo nos quedaremos una noche, por eso no te dije que trajeras nada de ropa para cambiarte.

-          Pero si es de 4 estrellas, tendrá piscina, no traje bañador- le dije muy apenada.

-          Sí que lo trajiste, traje una pequeña bolsa con los bañadores y alguna otra cosa más- me enseñó la bolsa.

Entramos en el lujoso hotel, que mezclaba la arquitectura tradicional gallega y apartamentos de diseño vanguardista. Era una recepción muy acogedora, muy vanguardista y moderna con algún toque antiguo. Me mandó esperar sentada en uno de los asientos que había, mientras él se acercaba a donde estaba la recepcionista.

Le mandé un mensaje a Laura diciendo donde estaba con Rubén, me respondió al segundo, diciendo que tenía mucho morro y que lo que le preocupaba era como se iban a tomar mis padres que no volviera a dormir.

Rubén vino a mi lado cuando estaba guardando mi móvil en el bolso, me cogió de la mano y me levantó de la silla; cogimos el ascensor que nos llevaría a nuestra habitación, allí pulsó el 2º piso; en el 2º piso nos tocó la habitación Nº9, ya que solo en ese hotel hay 9 habitaciones y 20 apartamentos. La habitación era espectacular, pero cuando vi la terraza, fui hacia ella y desde la terraza pude ver una gran vista del mar y de la gran piscina.

-          ¿Qué quieres hacer ahora?

-          Pues en estos momentos tengo hambre, ¿por qué no vamos a comer algo?- le pregunté- y luego tendré que llamar a mis padres, no les quiero preocupar y me tengo que inventar una escusa porque no voy a dormir.

Nos fuimos al restaurante, allí elegimos una mesa fuera para 2; yo pedí algo ligero para comer, pedí un trozo de lubina al horno con patatas y ensalada y Rubén pidió un chuletón de 750 gramos con patas fritas. De beber pedimos una botella de agua de 1 litro fría.

Nos miramos y nos tocamos la mano izquierda; me sonrojé un poco. Dejé de pensar por un día en Bárbara y en todo lo que tenía que contarle sobre ella. Nos trajeron la comida y comimos mientras hablamos y nos reímos por todo lo que estábamos a decir. De postre cada uno tomó un mousse de chocolate.

Cuando terminamos de comer, nos levantamos, me puso la mano por el hombro y nos marchamos a la habitación, en ella, mientras Rubén se ponía a ver un poco la tele, yo me cambié y me puse el bikini.

-          Rubén, ponte el bañador que vamos a ir a la piscina- le grité desde el baño.

-          Pues ahora voy- supe que se estaba levantando y cambiando, porque cuando llegué a la habitación vi toda su ropa desperdiga por la cama.

-          Recoge un poco la ropa- como no me hacía caso, la tuve que recoger yo.

Mi móvil sonó, cuando vi que eran mis padres, no supe que hacer. Rubén cogió mi móvil, lo puso en manos libres para que los dos pudiéramos escucharlo.

-          Sofía, ¿Dónde estás? Estamos preocupados por ti.

-          Pues estoy con Laura y las demás, tampoco iré a dormir a casa, ya que dormiré en casa de Laura- le mentí a mi madre.

Cuando terminé de hablar con mi madre, llamé corriendo a Laura y le dije que si mi madre le llamaba, le dijera que iba a pasar la noche en su casa cuando en verdad pasaría la noche con Rubén.

Salimos de la habitación, camino de la piscina donde me senté en una tumbona encima de una toalla, me puse las gafas de sol y me quedé tomando el sol. Pero como Rubén se metió de un salto en la piscina, me mojó toda. Así que me tuve que meterme en el agua para mojarle y ahogarle.

-          ¡Sofía ven aquí!

-          No, déjame, ya me he metido, así que como yo te he ahogado, ya estamos en paz- me puse a correr por la piscina o mejor dicho a nadar.

Me agarró por los pies, me llevó hacia él y me besó. Luego me ahogó y yo para acabar con él, le agarré por el pié e hice que se sumergiera conmigo. Intenté besarle, pero como me estaba quedando sin oxígeno, tuve que salir a la superficie a respirar.

-          Jejeje, tienes muy poco aguante- al decir eso, me mosqueó un poco- no te enfades mi amor, te quiero.

Cuando dijo te quiero, no supe cómo reaccionar, era la primera vez que alguien me lo decía y por eso no sabía cómo reaccionar.

viernes, 3 de agosto de 2012

Capítulo 3


Entramos en la yogurtería cuando la encontramos, había cola, pero no nos importaba, ya que estábamos muy bien juntos. Miré que tenían y supe que quería un smooy pequeño de chocolate y nata con lacasitos. No sé muy bien de que sabor lo pidió Carlos.

Cuando terminamos de pagar, salimos de la yogurtería y me acompañó mientras tomábamos lo que habíamos pedido a casa. Ya que quería asegurarse de que llegara sana y salva. Carlos era muy amable y cariñoso.

Nos despedimos en el portal de mi casa, me dijo que no hiciera nada raro en su ausencia, le dije que le iba a hacer caso.

Me metí en el Messenger y mis amigas me conectaron a una conversación cuádruple, no tenía muchas ganas de hablar con ellas; excepto con Laura para contarle todo como lo había hecho con Carlos momentos atrás. Les mentí diciendo que la tarde del día anterior había sido una tarde perfecta, conociendo los nuevos lugares y todo. Pero en verdad sabía que no era así.

Laura se conectó al Tuenti, ya que allí no se podía poner conversación con más de 2 personas. Me dijo que le contara la verdad y eso hice, le dije todo y al final, que no contara nada a las otras 2 para que no se preocuparan mucho por mí.

Ahora me sentía bien, después de habérselo contado todo a mis 2 mejores amigos. Me desconecté de todos los lados, para poder llamar a Rubén tranquilamente.

No descansaría hasta poder hablar con él y preguntarle cuando nos volveríamos a ver; ya que necesitaba acariciarlo y que nuestros labios se unieran en uno solo.

Nadie me contestó al otro lado y eso me puso furiosa. Pero lo que puede hacer fue coger mi diario y hablar sobre otra cosa de la que necesitaba desahogarme y esta vez sería Bárbara de quien hablaría.

Cogí el diario de donde lo guardaba para que ni mis padres ni mi hermana mayor leyeran nada.

Diario después de habérselo contado todo a mis 2 amigos estuve mejor; pero cuando Rubén no me cogió el móvil, fue por culpa de Bárbara. Ahora te contaré todo lo que odio de ella:

Bárbara, como te conté el primer día que te escribí, es la mejor amiga de Rubén (no entiendo como pueden ser mejores amigos), ya te dije que son diferentes; ella es pija; rica (ya que su padre es el dueño de una cadena de restaurantes; a la que por cierto nunca volví cuando supe quien era el dueño) y él es sencillo, se gana la vida honradamente trabajando.

¿Por qué odió tanto a Bárbara? Pues porque siempre que salgo con Rubén nos acaba encontrando sin ninguno decirle donde estamos a nadie.

Lo peor fue el primer día que salimos como novios, era una tarde soleada de diciembre. Nos fuimos a pasear por el paseo marítimo por donde solo está el mar y nada más.

Nos quedamos un rato en una zona donde había donde sentarnos viendo el mar y sacándonos fotos. Nos besamos cuando escuchamos una voz. Nos giramos a la vez para ver quién era. Y resultó ser Bárbara, ¿Cómo no había encontrado? Eso no sabía.

-          Rubén, Sofía, cuánto tiempo. ¿Qué hacéis aquí?

-          Pues hola Bárbara- le dijo Rubén dándole 2 besos- pues Sofía y yo estábamos dando una vuelta como novios.

-          ¿Novios?

“Si tonta novios” Pensé para mis adentros.

-          Sí, ayer le pedí salir como novios y ahora estamos en nuestra primera cita – empezó a decir Rubén.

Diario ahora que pienso en cómo me pidió salir, me sonrojo y me gusta. Ya te contaré otro día todo, ahora sigamos con lo que te estaba a contar:

-          Bárbara, ¿y tú qué haces por aquí?- pregunté yo, ya que tenía mucha curiosidad.

-          Pues pasear, que aunque estemos en Navidad hace una buena tarde para pasear y quise ver el mar en esta época- fue lo que me respondió.

“Voy yo y me lo creo” volví a pensar.

-          Bueno Bárbara, ya quedaremos- le dijo Rubén mirándome, ya que quería estar a solas conmigo para retomar todo donde lo habíamos dejado.

La odio por todo lo que hizo, por aguarnos muchos días de salida aunque aun fuéramos solo amigos.

Casi también nos aguarda el día en el que nos besamos Rubén y yo en una fiesta; pero esa historia te la contaré otro día ya que hoy solo estoy hablándote sobre la imbécil de Bárbara.

Suerte que no va al mismo instituto que yo, ya que sino a parte de aguantarla en la calle cuando salgo con Rubén, tendría también que soportarla allí.

También odio cuando ella  estropeó la fiesta de cumpleaños de Rubén.

Diario para mayor información Rubén nació el 8 de Abril, este año tocó en viernes y por eso celebró ese día su cumpleaños.

Ya que se ligo a uno de los amigos de Rubén, lo grabó y luego lo subió a la red, humillándolo. También luego grabó a todos los que estaban un poco bebidos, sobre todo a él y mí besándonos acostados en una cama y luego lo subió a la red; aunque fue denunciado, aún no se si lo habrán quitado o no.

Pero en estos momentos diario, solo quiero hablar con Rubén y contarle todo lo que pienso sobre Bárbara, su mejor amiga. No sé cómo se tomará todo lo que le diga a cerca de ella y sobre nuestra relación; ya que creo que por culpa de ella nuestra relación está deteriorándose; ya que cada vez, nos vemos menos y todo.

Mi hermana me llamó a cenar, escondí mi diario para que no lo vieran y me fui a la cocina a cenar; casi no cene, con todo lo que había merendado me llegaba por el día de hoy.

Mis padres me miraron por si me pasaba algo, pero les dije que no. Que si no comía era porque había salido por la tarde con Carlos, primero tomamos un helado y luego fuimos a conocer la yogurtería y por eso no tenía demasiada hambre.

Y antes de dormir, volví a coger mi diario y escribí algo que debía haber escrito hace unos días.

Diario te diré cuantos años y que es lo que más quiero y lo que odio de mi hermana.

Se llama Ariel (si, mis padres le pusieron ese nombre por la sirenita, o eso es lo que me contaron a mí); tiene 21 años, está estudiando derecho; aquí en la ciudad y por eso sigue viviendo en casa. Lo que más me gusta de ella es que es sabe muy bien cocinar; pero lo que más odio de ella es que es un poco friki. Su color favorito es el rojo sangre y su grupo favorito HIM.

Ahora sí diario, ya te he contado todo lo que tienes que saber de las personas que van a formar parte de las historias que te cuente.

Capítulo 2


No sabía qué hacer en esos momentos, ya había recogido mi habitación y no tenía ganas de salir a la calle; así que fui directa a la cocina, abrí el congelador, saqué la tarina de helado de chocolate que estaba para acabar, cogí una cuchara y me fui al salón a ver la tele; mi madre no estaba, se había ido a tomar una siesta a la habitación suya, así que podía poner cualquier cosa en la tele sin importarme lo que mi madre me dijera luego. Me puse a ver Neox, ya que era lo único interesante que había visto.

Al día siguiente, me desperté con pocas ganas de hacer algo, encendí mi móvil a ver si Rubén o las chicas me habían mandado un mensaje o llamado, pero no, nadie me llamaba ni nada parecido. Encendí el ordenador, cuando estuvo cargado del todo, me metí en el Tuenti, no había nada interesante, ni de Rubén ni de las chicas. Iba a ser un día aburrido.

Así que después de desayunar en la cocina, ya que mi madre me había prohibido ir a desayunar al salón, me volví a mi habitación, en el baño me duché y luego cogí mi diario para escribir un poco más.

Diario, hoy te contaré quienes son mis mejores amigas, te contaré por orden de amistad y que es lo mejor y peor de cada uno y si tengo tiempo como las conocí a cada una.

Empecemos a contar. Nuestro grupo se llama: Las Frutas, yo soy la  fruta de fresa, porque la fresa tiene uno de mis colores favoritos; el rosa. Mi grupo favorito diario, es 3OH3! Y mis cantantes favoritos son 2: Michael Buble y Leon Jackson. Ahora ellas, las otras personas que completan el grupo:

Laura es mi mejor amiga, la primera a la que conocí hace ya 13 años, nos conocemos desde que íbamos a 1º de infantil. Es mi mejor amiga porque es la única a la que le cuento todo, no sé qué haría si nos tuviéramos que separar algún día en nuestra vida. Lo mejor de ella, es que me escucha y me da consejos que me ayudan a superar todo. Lo peor de ella es que es un poco mandona, pero eso es algo de ella que estoy intentando corregir. Su fruta es la mandarina, porque aparte de ser su fruta favorita, es muy dulzona. Su color favorito es el azul o el morado y su cantante es Melendi.

Paula a ella la conozco desde que vamos en 1 de primaria, somos amigas porque nuestras madres son amigas desde la universidad. Lo mejor de Paula es su gusto para la ropa y que ella fue quien me enseñó a maquillarme. Lo peor de ella es que no sabe estudiar, se distrae muy amenudeo. Su fruta es la manzana. Su color favorito es el rojo y su cantante favorito o mejor dicho grupo favorito es Camila.

Y por último está mi reciente amiga es Anastasia, la conocimos en 2 de la E.S.O. ella venía de Valencia, pero nada más presentarse en clase, supimos que ella podía ser amiga nuestra y así fue, nos hicimos amigas porque además nos sentaron juntas ya el primer día de clases. Lo mejor de ella, es que tiene muchos temas de conversación, sabe muchos idiomas y es muy graciosa. Lo peor de ella es que en las situaciones serias no sabe contener la risa y que es muy impulsiva. Su fruta es la sandía. Su color favorito es el verde y su cantante favorito es Brad Paisley.  

Y aquí están mis 3 mejores amigas, se que son pocas, pero es mejor un grupo pequeño que no un grupo grande con el que no te llevas bien ni con la mitad.

Ahora te hablaré de mi mejor amigo, ese chico que sabe cuidarme y ayudarme cuando más lo necesito. Si, te estoy hablando de Carlos.

Carlos y yo nos conocemos desde que tengo memoria, ya que fue la primera persona que conocí en el parque que hay al lado de mi casa, una tarde de octubre o eso creo. Nuestra amistad se debe a que desde que nos conocemos, parecemos como hermanos. Él y yo nos compenetramos, me hace reír, me ayuda con los deberes cuando lo necesito, tiene tiempo para mí y está trabajando por que necesita dinero para sus cosas y eso es lo que me gusta de él, que sea autosuficiente. Lo que menos me gusta es que no sabe aguantar una broma. También me cae bien, porque me acompaña al cine, de compras, aguanta que esté probándome todo el día modelitos hasta dar con el apropiado. Su color favorito es el negro y su grupo favorito (aunque yo lo odio) es ACDC.

Dejé el diario a un lado, llamé a Carlos y le conté todo lo que al día anterior me había pasado, me dijo que necesitaba quedar conmigo sobre las 4 en la heladería del centro para hablar tranquilamente.

Pues eso lo hice, sobre las 4 fui a donde Carlos me esperaba, allí pedí un helado de Kínder en tarina, mi sabor favorito. Lo encontré tomando un helado de chocolate y nata en tarina, sentado en una mesa de dentro.

-          Hola Carlos, cuánto tiempo sin vernos.

-          Es verdad Sofía, llevamos sin vernos demasiado tiempo y no es normal en nosotros, los mejores amigos- nos reímos a la vez mientras seguíamos tomando cada uno su helado – si me disculpas, te cogeré un poco de tu helado.

Empezó a coger con su cuchara pedacitos de mi helado, como él lo hacía con él mío, yo lo hice con él suyo.

-          Ahora estamos en paz, así que dejemos de comer el helado del otro para que no nos cabreemos- le dije cuando vi mi helado a la mitad y el suyo casi acabado.

-          Vale, dejaremos de comer el helado del otro y explícame que pasó con Rubén.

-          Pues ayer íbamos a quedar, ya que llevábamos sin vernos 2 semanas y a escasas horas de nuestro encuentro me llama y me dije que no puede quedar ya que tiene que cuidad de Bárbara- cuando pronuncio el nombre de Bárbara, aplasto la tarina y me importa poco mancharme la mano de helado .

-          Tranquila, límpiate la mano y deja de llorar por culpa de Bárbara- cogió varias servilletas y me limpió la mano, después cogió otra y me limpió la cara de lágrimas.

Salimos de la heladería y caminamos en silencio por el centro de la ciudad, me dijo que me iba a acompañar a casa ya que si no podía montar otra escena parecida a la de la heladería. Cuando estuvimos cerca de la cafetería donde Rubén trabajaba, me metí por un callejón para ir hacia mi casa por otro camino, pero me daba igual tardar más que por el otro camino.

“No pasa nada por pasar delante de donde Rubén trabajaba, yo también trabajé allí, ¿o no te acuerdas?” “Sí que me acuerdo, pero lo que pasa es que a ti te trasladaron al otro, Rubén hace poco trabajaba en esa cafetería, por eso no quiero pasar, ya que me va a traer recuerdos y también me van a venir recuerdos con la tonta y gilipollas de Bárbara, ya que muchas veces que había quedado sola con Rubén, aparece y no sé como sabe donde estamos; parece que nos sigue” “Deja de pensar en eso, ya verás como todo se soluciona”

Eso esperaba, necesitaba que todo volviera como al principio de cuando nos habíamos enamorado.

En la calle por la que paseábamos había un chico repartiendo folletos, ¿de qué serían? Cuando nos acercamos, nos dio un panfleto de una nueva tienda, lo leí detenidamente y era de una yogurtería nueva, quería ir a ver qué tal era y tuve que insistir a Carlos para poder ir, hasta que accedió a ir. ¿Cómo sería la yogurtería? ¿Estarían ricos los productos?