Seguí mirando a mi madre con cara
de que me dejara quedarme a dormir en la ciudad.
-
Vale, está bien. Pero solo esta vez- le abracé
dándole las gracias, también le di un beso muy grande.
-
El día que vengas a dormir por primera vez, te
dejaremos unas llaves de nuestra casa durante tu estancia- me comentó la madre
de Jaime.
Vi venir a
Carlos y me marché a su encuentro. Caminamos al principio en silencio hasta la
playa del Orzán, luego no podía más y rompí el silencio.
-
Dime, ¿de qué se trata la sorpresa?
-
Ya te dije que no te diré nada hasta llegar a la
playa. No me preguntes más veces. Luego si te has portado bien, te acompaño
hasta la yogurtería.
No dije nada en
todo el camino, solo puse cara de pocos amigos y nada más. Llegamos a la playa
donde estaban ya los amigos de Carlos. Vi a una chica, no la distinguí porque
estaba entre los chicos. Carlos fue a buscarla, cuando la vi, distinguí a Selene,
la prima estadounidense de Carlos.
-
Hola cuanto tiempo- le dije cuando estuvo
enfrente de mí en inglés.
-
Hola Sofía, hace siglos que no nos veíamos- me
aclaró en ingles.
-
Bueno, Sofía esta es mi sorpresa. Selene se
quedará aquí durante el curso, ya que a su padre le han destinado aquí durante
1 año y se quedará a vivir cerca de mi casa- me contó Carlos en castellano para
que lo entendiera mejor
-
Pues eso está genial, Selene y yo nos llevamos
muy bien- le dije a Carlos sonriendo a Selene.
-
¿Algo nuevo?-nos preguntó Selene ya que notaba
que le estábamos dejando de lado.
Carlos no dijo
nada, ya que Selene sabía todo sobre él por ser su prima de Los Ángeles.
-
Pues yo estoy con mi novio como ya te había
comentado alguna vez y…- no dije más a ver si recordaba algo- y conocí a un chico
que vive en mi edificio, sería bueno para ti.
-
Si, algún día deberás presentármelo y así te lo
quitaría del medio- nos reímos las 2, Carlos ya se había marchado con sus
colegas, así que no escuchaba nada de lo que decíamos- ¿algo más?
-
No, nada más y lo mejor sería que empezaras a
hablar en castellano para volver a acordarte para el curso- le dije está vez en
castellano.
-
Vale, eso ha re desde aho ra- empezó a decir
costándole un poco en castellano.
Uno de los
chicos preguntó si queríamos jugar al futbol, yo dije que pasaba, que prefería
tomar el sol mientras leía un poco y escuchaba música. Carlos también paso, que
él dijo que también prefería tomar primero el sol y luego irse a bañar. Selene
fue la única de los 3 que si le apeteció jugar con los chicos para irlos
conociendo mejor.
-
¿Carlos te apetece ir a comprar algo mientras
ellos juegan?
-
Si, vale, pero pagas tú- refunfuñé, le dije que
solo pagaría lo mío y si él quería algo, que se lo pagara- no es justo, yo te
traigo una sorpresa y tú no me das nada.
-
Si te doy algo, luego te dejo que me acompañéis
a la yogurtería- le dije y me marché directa al quiosco antes que Carlos. Le
gané la carrera.
Estuvimos un
rato en la cola, primero pedí yo, un agua sin gas fría y una bolsa de patatas
fritas. Carlos pidió una coca cola y una bolsa de pitas para tomar con los
amigos.
Llegamos a donde
estaba el resto, el equipo de Selene iba perdiendo, mientras que el otro equipo
iba ganando 2 a cero. Bebí un poco de agua, guardé la bolsa de patatas fritas
en mi bolsa de la playa, cogí mis gafas para poder bucear y me fui echando una
carrera a Carlos hasta el agua.
Le gané yo, ya
que me tiré de golpe en el agua cuando empezó a cubrirme las rodillas.
-
Gallina- le grité saliendo del agua con las
gafas puestas y la pinza de la nariz también- si creía que te ibas a meter
enseguida, que no tardarías tanto.
Si hasta Selene
que había llegado unos minutos más tarde, se metió antes que Carlos. Entre las
2 lo intentamos mojar y tirar al agua. Al final con la ayuda de sus amigos lo
conseguimos.
-
¿Estaréis contentas? Me habéis mojado en un
tiempo récord- le asentimos las 2 a la vez y le hicimos una ahogadilla para
reírnos un poco.
-
Dejarme, que no doy respirado- nos dijo Carlos
en el momento que salía a coger aire
para volver a ahogarlo.
Cuando no
quisimos ahogarlo más, nos escapamos de él para que no nos hiciera nada. Cogió
a Selene por la cintura, cuando la tuvo mirando hacia él, ella sin pensárselo
dos veces le volvió a hacer otra ahogadilla.
Me fui a la toalla cuando no quise
quedarme más en el agua. Allí, guardé las gafas de bucear y me puse las gafas
de sol. Mi móvil empezó a sonar. Era Laura.
Laura: ¿Dónde
estás? Es que hemos ido a buscarte a casa y me dijo tu padre que no estabas.
Yo: Estoy con
Carlos y Selene en la playa.
Laura: Vale, no
pasa nada, pero Selene no me cae muy bien, ¿hasta cuando se queda?
Yo: Pues… El año
que viene va a ir al instituto con nosotras y con Carlos, así que se quedará
bastante.
Paula: Pues
luego cuando ya no estés con ellos y te dignes a venir con nosotras, llámanos.
Me cortaron llamada pero por el
tono de Paula vi que estaba cabreada conmigo por no haberlas llamado para que
vinieran conmigo a la playa. Me puse triste, me quité las gafas y miré al mar
con la mirada perdida.
-
¿Qué es lo que te pasa?- me preguntó Selene con
su acento de castellano.
-
Nada, mis
amigas están cabreadas conmigo por no llamarlas para venir a la playa- le conté
mirando con mi mirada perdida al mar.
-
¿No será por mí?- ahora sí que no sabía que
decirle, si le decía la verdad se cabrearía, si le contaba una mentira y luego
se enteraba de que le había mentido, me mataría de todos modos.
-
No pasa nada- le dije- es una tontería sin
importancia.
-
¿De qué habláis?- nos preguntó Carlos cuando se
acostó en su toalla que estaba a mi lado. Dejé de mirar al mar perdidamente y
le miré.
No le dijimos
nada sobre el tema. Carlos estuvo un buen rato picando y chinchando a Selene,
mientras yo abría la bolsa de patatas fritas y le ofrecía a Carlos y Selene un
poco.
-
Dejaos de picaros y chincharos. Lo que podéis hacer es una pequeña apuesta.
Por ejemplo hacer que si Selene este año antes de Navidad saca más de un 7 en
Lengua Castellana, Carlos tiene que pedir una cita a una chica que nosotras
elijamos- les propuse. A Selene le
pareció una gran idea, en cambio a Carlos no tanto.
-
¿Y a quien podíamos elegir?- preguntó Selene, ya
que no conocía a nadie. Le dije que le enseñaría fotos de las candidatas y luego
ella elegiría la mejor.
Saqué mi
Blackberry y me conecté al Tuenti, no conocía esa red social así que se la
expliqué y me dijo que cuando llegara a casa, le enviara una invitación para
hacerse un perfil en esa red social española para su estancia en Coruña. Al
final eligió a Carmen Letran, una chica de un curso menos que llevaba 4 años
enamorada de Carlos.
-
No, ella no, si queréis que le pida una cita a
otra persona me vale, pero ella no- comentó Carlos muy disgustado por la
elección.
-
Ya no hay vuelta atrás- dijo Selene burlándose
mientras miraba la hora en mi Blackberry. Cuando vi que eran las 8 menos
cuarto, me empecé a arreglar, Carlos y Selene se dieron cuenta, les conté que
no quería quedarme mucho más en la playa.
Como no quisieron ellos aguantarme de pesada para que fueran conmigo, se
arreglaron y se fueron conmigo hacia el centro.
Llamé a Laura y
le dije si querían quedar con Carlos, Selene y conmigo en 15 minutos en la
yogurtería. Aceptó Laura a regañadientes, ya que Selene no le caía demasiado
bien.
Nos encontramos todos en la
yogurtería, Paula nos enseñó su conjunto para el primer día de clases y era
monísimo.
Pedí un helado mediano, de
chocolate y nata con oreo y lacasitos; estaba delicioso. El resto pidió entre
helados, yogures helados y batidos.
Nos sentamos en un banco de la
plaza mayor donde estaba enfrente el ayuntamiento y una estatua de María Pita,
Laura se sentó en mi lado derecho y Selene a mi izquierda. Vi tensión en Laura,
intenté tranquilizarla, pero no lo conseguí. Me levanté para dejarlas sentadas
juntas.
-
¿Por qué nos dejas sentadas juntas?- empezó a
preguntarme Laura cabreándose.
-
¿Esto es el problema de antes?- me preguntó
ahora Selene. Le asentí- te odio, me dijiste que no era nada el problema, pero
sí que es algo. No le caigo bien a Laura.
-
Si y si no le caes bien, pregúntale a ella el
porqué- le grité a Selene, era una de las pocas veces que le había gritado tan
fuerte y me sentía mal.
Me marché de allí, con la esperanza
de que arreglaran algo, pero dudo que lo hicieran. Carlos me siguió al igual
que lo hicieron Paula y Anastasia.
-
¿Pero por qué haces esto?- me preguntó de repente
agarrándome por un brazo Paula.
-
Para que solucionen todo, si no lo hacen, tendré
que estar un año aguantando a las 2 por separado y necesito aguantarlas mejor
juntas. Y Paula, Anastasia ir con ellas para que no se leen delante de la gente
y mañana me contáis. Y tu Carlos…- respiré profundamente antes de decirle algo-
tú puedes quedarte conmigo si quieres, pero te aconsejo que vayas con tu prima
para controlarle el genio.
Llegué a casa,
donde cogí mi diario para escribir algo, mientras seguía frustrada, furiosa y
llorosa, tenía un cúmulo de sentimientos.
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