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viernes, 14 de septiembre de 2012

Capítulo 9


Seguí mirando a mi madre con cara de que me dejara quedarme a dormir en la ciudad.

-          Vale, está bien. Pero solo esta vez- le abracé dándole las gracias, también le di un beso muy grande.

-          El día que vengas a dormir por primera vez, te dejaremos unas llaves de nuestra casa durante tu estancia- me comentó la madre de Jaime.

Vi venir a Carlos y me marché a su encuentro. Caminamos al principio en silencio hasta la playa del Orzán, luego no podía más y rompí el silencio.

-          Dime, ¿de qué se trata la sorpresa?

-          Ya te dije que no te diré nada hasta llegar a la playa. No me preguntes más veces. Luego si te has portado bien, te acompaño hasta la yogurtería.

No dije nada en todo el camino, solo puse cara de pocos amigos y nada más. Llegamos a la playa donde estaban ya los amigos de Carlos. Vi a una chica, no la distinguí porque estaba entre los chicos. Carlos fue a buscarla, cuando la vi, distinguí a Selene, la prima estadounidense de Carlos.

-          Hola cuanto tiempo- le dije cuando estuvo enfrente de mí en inglés.

-          Hola Sofía, hace siglos que no nos veíamos- me aclaró en ingles.

-          Bueno, Sofía esta es mi sorpresa. Selene se quedará aquí durante el curso, ya que a su padre le han destinado aquí durante 1 año y se quedará a vivir cerca de mi casa- me contó Carlos en castellano para que lo entendiera mejor

-          Pues eso está genial, Selene y yo nos llevamos muy bien- le dije a Carlos sonriendo a Selene.

-          ¿Algo nuevo?-nos preguntó Selene ya que notaba que le estábamos dejando de lado.

Carlos no dijo nada, ya que Selene sabía todo sobre él por ser su prima de Los Ángeles.

-          Pues yo estoy con mi novio como ya te había comentado alguna vez y…- no dije más a ver si recordaba algo- y conocí a un chico que vive en mi edificio, sería bueno para ti.

-          Si, algún día deberás presentármelo y así te lo quitaría del medio- nos reímos las 2, Carlos ya se había marchado con sus colegas, así que no escuchaba nada de lo que decíamos- ¿algo más?

-          No, nada más y lo mejor sería que empezaras a hablar en castellano para volver a acordarte para el curso- le dije está vez en castellano.

-          Vale, eso ha re desde aho ra- empezó a decir costándole un poco en castellano.

Uno de los chicos preguntó si queríamos jugar al futbol, yo dije que pasaba, que prefería tomar el sol mientras leía un poco y escuchaba música. Carlos también paso, que él dijo que también prefería tomar primero el sol y luego irse a bañar. Selene fue la única de los 3 que si le apeteció jugar con los chicos para irlos conociendo mejor.

-          ¿Carlos te apetece ir a comprar algo mientras ellos juegan?

-          Si, vale, pero pagas tú- refunfuñé, le dije que solo pagaría lo mío y si él quería algo, que se lo pagara- no es justo, yo te traigo una sorpresa y tú no me das nada.

-          Si te doy algo, luego te dejo que me acompañéis a la yogurtería- le dije y me marché directa al quiosco antes que Carlos. Le gané la carrera.

Estuvimos un rato en la cola, primero pedí yo, un agua sin gas fría y una bolsa de patatas fritas. Carlos pidió una coca cola y una bolsa de pitas para tomar con los amigos.

Llegamos a donde estaba el resto, el equipo de Selene iba perdiendo, mientras que el otro equipo iba ganando 2 a cero. Bebí un poco de agua, guardé la bolsa de patatas fritas en mi bolsa de la playa, cogí mis gafas para poder bucear y me fui echando una carrera a Carlos hasta el agua.

Le gané yo, ya que me tiré de golpe en el agua cuando empezó a cubrirme las rodillas.

-          Gallina- le grité saliendo del agua con las gafas puestas y la pinza de la nariz también- si creía que te ibas a meter enseguida, que no tardarías tanto.

Si hasta Selene que había llegado unos minutos más tarde, se metió antes que Carlos. Entre las 2 lo intentamos mojar y tirar al agua. Al final con la ayuda de sus amigos lo conseguimos.

-          ¿Estaréis contentas? Me habéis mojado en un tiempo récord- le asentimos las 2 a la vez y le hicimos una ahogadilla para reírnos un poco.

-          Dejarme, que no doy respirado- nos dijo Carlos en el momento que salía a coger aire  para volver a ahogarlo.

Cuando no quisimos ahogarlo más, nos escapamos de él para que no nos hiciera nada. Cogió a Selene por la cintura, cuando la tuvo mirando hacia él, ella sin pensárselo dos veces le volvió a hacer otra ahogadilla.

Me fui a la toalla cuando no quise quedarme más en el agua. Allí, guardé las gafas de bucear y me puse las gafas de sol. Mi móvil empezó a sonar. Era Laura.

Laura: ¿Dónde estás? Es que hemos ido a buscarte a casa y me dijo tu padre que no estabas.

Yo: Estoy con Carlos y Selene en la playa.

Laura: Vale, no pasa nada, pero Selene no me cae muy bien, ¿hasta cuando se queda?

Yo: Pues… El año que viene va a ir al instituto con nosotras y con Carlos, así que se quedará bastante.

Paula: Pues luego cuando ya no estés con ellos y te dignes a venir con nosotras, llámanos.

Me cortaron llamada pero por el tono de Paula vi que estaba cabreada conmigo por no haberlas llamado para que vinieran conmigo a la playa. Me puse triste, me quité las gafas y miré al mar con la mirada perdida.

-          ¿Qué es lo que te pasa?- me preguntó Selene con su acento de castellano.

-          Nada,  mis amigas están cabreadas conmigo por no llamarlas para venir a la playa- le conté mirando con mi mirada perdida al mar.

-          ¿No será por mí?- ahora sí que no sabía que decirle, si le decía la verdad se cabrearía, si le contaba una mentira y luego se enteraba de que le había mentido, me mataría de todos modos.

-          No pasa nada- le dije- es una tontería sin importancia.

-          ¿De qué habláis?- nos preguntó Carlos cuando se acostó en su toalla que estaba a mi lado. Dejé de mirar al mar perdidamente y le miré.

No le dijimos nada sobre el tema. Carlos estuvo un buen rato picando y chinchando a Selene, mientras yo abría la bolsa de patatas fritas y le ofrecía a Carlos y Selene un poco.

-          Dejaos de picaros y chincharos.  Lo que podéis hacer es una pequeña apuesta. Por ejemplo hacer que si Selene este año antes de Navidad saca más de un 7 en Lengua Castellana, Carlos tiene que pedir una cita a una chica que nosotras elijamos- les propuse. A  Selene le pareció una gran idea, en cambio a Carlos no tanto.

-          ¿Y a quien podíamos elegir?- preguntó Selene, ya que no conocía a nadie. Le dije que le enseñaría fotos de las candidatas y luego ella elegiría la mejor.

Saqué mi Blackberry y me conecté al Tuenti, no conocía esa red social así que se la expliqué y me dijo que cuando llegara a casa, le enviara una invitación para hacerse un perfil en esa red social española para su estancia en Coruña. Al final eligió a Carmen Letran, una chica de un curso menos que llevaba 4 años enamorada de Carlos.

-          No, ella no, si queréis que le pida una cita a otra persona me vale, pero ella no- comentó Carlos muy disgustado por la elección.

-          Ya no hay vuelta atrás- dijo Selene burlándose mientras miraba la hora en mi Blackberry. Cuando vi que eran las 8 menos cuarto, me empecé a arreglar, Carlos y Selene se dieron cuenta, les conté que no quería quedarme mucho más en la playa.  Como no quisieron ellos aguantarme de pesada para que fueran conmigo, se arreglaron y se fueron conmigo hacia el centro.

Llamé a Laura y le dije si querían quedar con Carlos, Selene y conmigo en 15 minutos en la yogurtería. Aceptó Laura a regañadientes, ya que Selene no le caía demasiado bien.

Nos encontramos todos en la yogurtería, Paula nos enseñó su conjunto para el primer día de clases y era monísimo.

Pedí un helado mediano, de chocolate y nata con oreo y lacasitos; estaba delicioso. El resto pidió entre helados, yogures helados y batidos.

Nos sentamos en un banco de la plaza mayor donde estaba enfrente el ayuntamiento y una estatua de María Pita, Laura se sentó en mi lado derecho y Selene a mi izquierda. Vi tensión en Laura, intenté tranquilizarla, pero no lo conseguí. Me levanté para dejarlas sentadas juntas.

-          ¿Por qué nos dejas sentadas juntas?- empezó a preguntarme Laura cabreándose.

-          ¿Esto es el problema de antes?- me preguntó ahora Selene. Le asentí- te odio, me dijiste que no era nada el problema, pero sí que es algo. No le caigo bien a Laura.

-          Si y si no le caes bien, pregúntale a ella el porqué- le grité a Selene, era una de las pocas veces que le había gritado tan fuerte y me sentía mal.

Me marché de allí, con la esperanza de que arreglaran algo, pero dudo que lo hicieran. Carlos me siguió al igual que lo hicieron Paula y Anastasia.

-          ¿Pero por qué haces esto?- me preguntó de repente agarrándome por un brazo Paula.

-          Para que solucionen todo, si no lo hacen, tendré que estar un año aguantando a las 2 por separado y necesito aguantarlas mejor juntas. Y Paula, Anastasia ir con ellas para que no se leen delante de la gente y mañana me contáis. Y tu Carlos…- respiré profundamente antes de decirle algo- tú puedes quedarte conmigo si quieres, pero te aconsejo que vayas con tu prima para controlarle el genio.

Llegué a casa, donde cogí mi diario para escribir algo, mientras seguía frustrada, furiosa y llorosa, tenía un cúmulo de sentimientos.

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