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¡Hola Laura! Hace tiempo que no te veía, ¿Qué tal
todo?- fue lo que Alex, que todavía no sabía quién era, dijo- ¡Hola a ti
también Sofía!
Ahora me
acordaba, Alex tiene 21 años y es el profesor particular de Laura en física y
química. Él está a estudiar magisterio para poder ser profesor de matemáticas
de infantil y juvenil. Pero para ganar algo de dinero, da clases particulares
de matemáticas, física y química.
-
Hola Alex- fue lo que dije yo, ya que Laura no
decía nada, solo seguía con la boca abierta.
-
¡Siguiente!- gritó el camarero detrás de la
barra. Sabía que era nuestro turno y no sabía cómo decirlo.
-
Bueno Alex nosotras te dejamos, que es nuestro
turno- dije moviendo a Laura para que pidiera ella antes que yo y así pudiera
pagar yo todo más tranquila.
Después de pedir
ella un yogur helado mediano de yogur natural con fresas y kiwi y yo mediano de
chocolate y nata con lacasitos y oreo, nos fuimos de la yogurtería camino de
unos bancos en la plaza donde el ayuntamiento de la ciudad se alzaba.
Encontramos uno en la sombra donde nos sentamos al vuelo, ya que no queríamos
sentarnos al sol, por el calor que estaba haciendo en la calle en estos
momentos.
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¿Qué te ha pasado con Alex, para que estuvieras
así?- le pregunté a Laura ya que quería saberlo todo.
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Nada, es mi profesor particular de química y
física. Lo que pasa es que me parece muy guapo- me respondió Laura muy
sonrojada por lo que me acababa de contar- me empezó a gustar después de unos
meses de empezar a darme clases. Fue un flechazo, un día vino a mi casa muy
dispuesto a hablar de las notas y sobre los profesores, porque daba la
casualidad de que fue al mismo instituto que nosotras, pero no nos dimos ni
cuenta- continuó comentándome y yo seguía atenta a todo lo que me estaba a
decir, mientras me tomaba el helado poco a poco- como nos quedamos solos, no sé
cómo pasó. Puse música para estar más relajados y una cosa llevó a otra que
empecé a verle diferente, con diferentes ojos y ahora cada vez que me da clase,
me pongo muy nerviosa.
-
Pues chica, díselo a él. A lo mejor le gustas a
Alex y estás así por no saber si él siento lo mismo que tú- le dije ya que no
sabía que más decir en esa situación.
Terminamos el
yogur helado, tiramos la tarina en la papelera más cercana, fuimos caminando
por la calle peatonal. Entramos en una tienda de 2º mano y miré a ver si tenían
algún manga que no tenía todavía, pero no, solo tenían los que ya tenía; así
que salimos enseguida de allí, porque a Laura los mangas no le gustaban mucho.
Entramos luego en una tienda de
chucherías para comprar unas cuantas chucherías, sin pasarnos ya que sino luego
no tendríamos hambre a la hora de cenar. Como todavía no teníamos sed, nos
fuimos a ver los puestos que estaban puestos en los Jardines que había cerca de
donde nos encontrábamos. Había puestos de todo tipo, desde puestos de cosas
recicladas a puestos de ropa de seda. Eran un sinfín de puestos, de todos los
lugares del mundo. Me paré en el que ponía Nueva York, allí encontré un bolso
que no me parecía muy feo, así que le pedí que me lo dejara ver. La voz del
chico era más bien de sudamericano que de neoyorkino, pero igualmente pedí el
bolso para verlo. A Laura también le gustó, pero era demasiado grande para mi
gusto, así que lo devolví dando las gracias por habérmelo dejado ver.
El resto de puestos eran de
diferentes partes del mundo. Había uno de Ecuador, donde tenían peluches de los
pitufos, pregunté si tenían de la chica, de la pitufina, pero no, solo tenían
del pitufo normal y corriente; no compré ninguno, porque ya lo tenía.
-
Huele muy fuerte- me dijo Laura tapándose la
nariz con la mano izquierda- acabemos de ver los puestos de este lado y luego
continuaremos por el otro, para no oler esto.
Asentí, ya que a
mí el olor también me estaba a marear un poco. Encontramos un puesto muy
peculiar de chucherías naturales, pero
no compramos ninguna. Luego nos tocaba ver la feria del libro antiguo y de
ocasión, pero como a mí el olor a viejo me daban un poco de alergia, nos dimos
media vuelta y volvimos por donde habíamos venido a tomar algo de beber en
nuestra cafetería favorita para las tardes de otoño e invierno.
-
¿Qué vas a pedir?- le pregunté a Laura mientras
sacaba fotos de los diferentes puestos.
-
Ya sabes lo que voy a tomar, lo de siempre. A
ver si te enteras de una vez- empezó a correr, en señal de que quería hacer una
mini carrera hasta llegar a la cafetería.
Corrí lo más
rápido que pude, pero como llevaba en la mano una cámara buena y no quería que
se me estropeara, dejé que Laura me ganara.
Cogimos una mesa cerca de la pared
y esperamos a que un camarero nos atendiera. Reconocí algunos de los que
trabajaban, porque cuando tenía que preguntarles por Carlos o Rubén hacían que
no me escuchaban, aunque en verdad sí que me escuchaban. Pedimos lo que nos
apetecía tomar, como pedí un chocolate mediano con nata, le pedí que en vez de
traérmelo en una taza si me lo podía traer como si fuera para llevar y dijo que
si sin problemas.
-
Vamos a ver una cosa Sofía, ¿crees que Alex se
podrá fijar en mí? – me preguntó tan de repente que no supe que contestar-
pienso que él puede tener ya novia o que esté enamorado de otra.
-
Gracias- le dije al camarero cuando nos trajo
las cosas- si es tan amable de traernos la cuenta, nos haría un favor.
El camarero asintió
y dijo que la traería cuando pudiera. Cogí la cuchara y empecé a tomar la nata
a cucharadas pequeñas mientras pensaba que responderle a Laura por lo que me
había preguntado unos segundos antes.
-
Sofía, yo te ayude con lo del otro día
cubriéndote de tus padres cuando saliste con Rubén y me lo debes- pensé que
nunca lo iba a mencionar, pero me equivoqué.
-
Vale, te ayudaré. Dime qué quieres que haga y lo
haré.
-
Pues es muy sencillo, lo tengo agregado al
Tuenti, donde de vez en cuando hablamos de física y química. Como sé que tú te
sabes mi correo y mi contraseña, te pediría que te metieras con mis datos y
empezaras hablar con él hasta sacarle algo- me comentó, no me parecía muy buena
idea eso. Así que le propuse yo otra cosa.
Lo que le
propuse es que como él me conocía de oídas y de haberme visto alguna que otra
vez en tu casa después de la clase, que le enviara yo una petición de amistad y
así me sentiría más a gusto hablando con él de todo eso e investigando como si
fuera una detective privado que no cobrara con dinero, pero si con chantajes.
Le pareció mejor mi idea que la suya, ya que así ella podría estar hablando
conmigo mientras la investigación se desarrollaba, el problema era que esto
podía tardar mucho tiempo. Pero empecé ahora con la investigación, a través de
la Blackberry me metí en el Tuenti y le envié a Alex una petición de amistad
para ir empezando cuanto antes.
Se me iba a quedar frió el
chocolate con nata por culpa de tanta charla, así que volví a coger la cuchara
y continué tomándolo, esta vez con cucharadas más grandes. Como lo de Laura era
frió, no le importaba seguir hablando, así el hielo se derretía antes para
poder tomarlo mejor.
Le saqué una foto a Laura mientras
tomaba la bebida, lo mismo hizo ella conmigo, pero lo peor fue que me la sacó
con un bigotito de nata pequeño, salía graciosa y todo en la foto; así que no
la borré. Nos sacamos en ese rato que estuvimos en la cafetería como unas 30 ó
más fotos en diferentes posiciones, juntas, con las bebidas por la mitad,…. En
definitiva, que la tarde estaba resultando my bien y me estaba a divertir con
ella como lo hacía hace tiempo cuando salíamos juntas sin nadie más.
Miré el reloj, eran las 8 en punto,
pero no teníamos todavía hambre, caminamos por la calle hasta llegar a la plaza
donde entramos en una tienda que era librería, tienda de electrónica, de música,
de películas y de videojuegos. Fui directa a la sección infantil y juvenil,
pero estaba en otro lugar ahora, así que nos llevó un rato encontrar la
ubicación actual. Nos pusimos a ver libros cuando la encontramos, no había
ninguno que me llamara la atención y los únicos que me llamaban la atención, ya
los había leído por lo menos 1 vez en mi vida.
Laura cogió para ojear la 2º Parte
de Canciones Para Paula que se titula: ¿Sabes que te quiero? Y que yo ya había
leído nada más salir a la venta, le gustó mucho también como empezaba esta
parte, como no llevaba dinero en mano, solo lo justo por si tenía que volver a
casa en taxi, no se lo compró; esperaría a ir un día con su madre y que ella se
lo comprara.
Mire las películas que había
después de mirar libros (aunque yo nunca me compro ningún Dvd original, lo que
hago es ver títulos, apuntarlos en mi libreta y luego descargarlas en casa); vi
que tenían a la venta una de mis películas favoritas de todos los tiempos, casi
lloro de la emoción, porque esa película en castellano no estaba y verla en una
tienda en España me llenaba de felicidad, aunque fuera solo un poco.
-
¿Qué pasa Sofía?- me preguntó Laura preocupada
cuando vio que se me caían unas lágrimas por mis mejillas sonrojadas.
-
Pues lo que pasa es que acabo de ver a la venta
una de mis películas favoritas y es que se he ha hecho raro, ya que esa
película no la hay en castellano- le respondí secándome las lágrimas.
Mi móvil pitó,
era un mensaje en el Tuenti, cuando vi que era de Alex, a Laura se le dibujó
una cálida sonrisa en su cara. Me decía que me agregaba por ser amiga de Laura
y no por mucho más.
-
Una cosa que podemos tachar de la investigación,
ahora ya podemos poner en marcha la 2º parte del plan- asentí, como allí íbamos
a estar raras chateando por la Blackberry, salimos de la tienda y nos sentamos
en uno de los bancos que había cerca de allí. Primero vi que eran las 9 menos
cuarto y aun no teníamos hambre, así que podía empezar hablar con Alex sin
problemas.
Yo: Hola Alex y
gracias por aceptar mi petición de amistad.
Alex: Hola
Sofía, solo te agregue por lo que te dije en el mensaje en tu perfil, por nada
más.
Yo: Ya vi, ¿pero
podemos hablar alguna vez por el chat?
Alex: Si que
podemos, pero no te pases, que sino las demás chicas se pondrán celosas.
Me reí al igual que Laura con el
último mensaje en el chat de Alex.
Yo: Que te quede
una cosa clara, aunque hablemos bastante, nunca me gustarás, tengo novio y
nunca lo dejaría por nada en este mundo.
Alex: Vale,
podemos hablar pero con moderación, ya que cuando empiecen las clases, empezaré
yo con las particulares de física y química. ¿Tú necesitarás?
Miré a Laura, que pena que se me
diera bien física porque si no me podría él dar clases.
Yo: Voy por
ciencias, pero se me da bien física. ¿Das clases de matemáticas? Es que la que
me las daba en casa, se jubiló y ahora mis padres me están buscando un profesor
para que me de matemáticas. Y así si algún día tengo alguna que otra duda en
física te podría preguntar.
Alex: Si eso
estaría bien, pero me tendrías que dar los datos de tus padres para poder
llamarlos y así ver si me contratan o no de primera mano.
Le di los datos
que estaba facilitando mi padre a la hora de buscar candidatas o candidatos
para mis clases particulares de matemáticas. Se disculpó porque se tenía que
desconectar y yo le dije que también me tenía que ir, así que no había
problemas.
Laura y yo nos levantamos de donde
estábamos sentadas, nos pusimos a caminar y a comentar lo que acababa de pasar.
-
Me gustaría saber cuándo tus padres elijan
profesor de matemáticas particular, porque si eligen a Alex, tendremos la
investigación más avanzada.
Mi móvil empezó
a sonar cuando Alex y yo nos desconectamos a la vez del Tuenti. Cuando vi que
eran mis padres, pude pensar que me llamaban por 3 cosas: La primera, que
habían descubierto que el día que Laura me cubrió había pasado la noche con
Rubén; la segunda cosa que pensé porque me podrían llamar era porque
descubrieron que Jaime había cambiado la papeleta a la hora de la elección de
los nuevos presidentes de la comunidad y la tercera y última cosa que se me
pasó por la mente fue que me llamaban por lo de las clases de matemáticas, que
ya habrían encontrado un profesor y me lo querían contar ya.
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